Conocí a Gelasio Giménez una tarde de octubre, para ser más precisos el viernes, 04 de Octubre, del 2002, en aquel entonces andaba en mi primera efervescencia post-púber, y quería ser como muchos poetas, recuerdo que ese fin de semana fui a visitar a Tegucigalpa a mi amiga Diana Gonzáles, y llevaba bajo el brazo el manuscrito de un poemario que en ese entonces había escrito, gracias a las destino nunca fue publicado, y de ese manuscrito solo tengo actualmente algunos fragmentos, espero que la otra copia completa del mismo, que envié por correo al Poeta Rafael López Murcia , haya sido obsequiada diligentemente a alguna fogata, mientras no me conteste ese hecho no volveré a dormir en paz…
Volviendo al tema que nos ocupa, veníamos con Diana por el parque central y he aquí sentado en una banca yacía Gelasio con un muchacho, conversando amenamente, Diana me lo presento, ese era el pintor que una galería de arte, había observado una de sus obras, intercambiamos un par de palabras y tímidamente le mostré mis versos incipientes, por cortesía imagino yo, alabado mas de alguno, me tendió una mano de despedida y estrechándola vigorosamente, con la otra me obsequio como dicta la norma de cortesía y etiqueta una invitación para visitar su estudio, algo que jamás ocurriría, mas siempre pregunte por él mi amiga Diana, por el buen Gelasio, varios meses después recibía uno de sus libros, un tanto invalido por las polillas, autografiado por él, llamado de niño en adelante. Lamento pues no haber aceptado su invasión de regresar y conocer su estudio, supongo pues que a otros les corresponderá hablar más de su amistad, la cual sin querer rehusé a tenerla, ahora el ya se ha marchado, y cito apropiadamente a Charles Baudelaire:
“Oh, Muerte, vieja capitana, ¡Es la hora!, ¡levemos el ancla!
Nos aburre esta tierra, ¡Oh Muerte! ¡Aparejemos!
Si el cielo y el mar son negros cual la tinta,
¡Nuestros corazones tú sabes que están llenos de rayos!
¡Derrama tu veneno y que él nos reconforte!
Hasta tal punto el fuego nuestros cerebros quema,
Que queremos rodar al fondo del abismo, ¿Qué importa infierno o cielo?,
¡Al fondo de lo desconocido para encontrar lo nuevo!
Bueno como dije que otros sean los que hablen de Gelasio, Ellos que no despreciaron su amistad sean los que canten su partida. asi que visita la Bitacora del Párvulo de Fabricio Estrada, vere si mañana subo algunos versos suyos, Diana y espero que cumpla prometio enviarme más info…